Maneja correctamente el antes y después del berrinche de tu hijo de dos años
Un niño de dos años hace berrinches porque está pasando por una frustración, quiere atención, quiere algo (como un juguete), no quiere hacer algo, tiene hambre o está cansado. No tiene nada que ver con tus habilidades parentales, pero manejar berrinches en niños de dos años, tal vez sí.
Muy seguido escucho decir a muchas mamás “mi niño hace berrinches, soy mala madre”.
Pero no tiene nada que ver una cosa con la otra. Los berrinches son más una cuestión de conflictos internos; suena a algo muy de adultos, pero es verdad. Buscan cierta “independencia” pues ya son “niños grandes” pero al mismo tiempo quieren tu ayuda y tu atención las 24 horas.

Al carecer de habilidades verbales y el no saber lidiar con emociones más complejas como la decepción, es cuando vienen los berrinches. Y para saber manejar berrinches en niños de dos años, tienes que conocer las pequeñas señales.

- Llanto, quejidos y gritos.
- Golpear o patear cosas.
- Agitar manos y piernas.
- Aguantarse la respiración.
Son las principales señales de que estás frente a un berrinche por cuestiones emocionales.
¿Cómo manejar berrinches en niños de dos años adecuadamente?
No es una regla general, pero sí un buen consejo, tener paciencia y mucha. Sobre todo, trata de evitar pensar en lo que la gente pueda estar pensando de ti en esos momentos si es que sucede en un lugar público. Esto solo puede terminar estresándote y esa emoción se la contagiarás a tu pequeño.

Encuentra una distracción
Este viene siendo el primer paso para manejar berrinches adecuadamente y requiere de un buen ojo. Pues esta distracción debe encontrarse y entregarse en cuanto notas que un berrinche está a punto de aparecer.
Ten en cuenta que un berrinche puede derivar en una crisis emocional muy fuerte, por lo que encontrar una distracción en los primeros minutos, es vital. Haz que se enfoque en algo interesante o engánchalo con una actividad que le parezca divertida.


Mantente calmada, ten paciencia
Esto es muy importante si es que el berrinche se ha desatado. En este momento no se puede razonar con tu niño pequeño. Si en este estado lo amenazas con algo, tratas de regañarlo o solo discutir con él/ella, solo terminarás empeorando las cosas y posiblemente pierdas el control.
Cuando ya comenzó la rabieta, solo queda estar tranquilos y esperar a que pase. Ignora la rabieta, con esto le dejas ver que no conseguirá lo que quiere solo por ponerse a gritar y molestar. Simplemente no se saldrá con la suya.
Cuando la tormenta se haya calmado, entonces es cuando se debe hablar (con calma, pero firme) con tu hijo y explicarle que su comportamiento es inaceptable.

Mantenlo a vista
Esto aplica para cuando estás en una tienda o simplemente un lugar público. Si empieza la rabieta, sigue caminando normal, solo asegúrate de que puedes ver a tu niño y que él puede verte. Esto es una extensión de ignorarlo, pero cuando si notas que puede hacerse daño o dañar a otros, entonces es necesario intervenir para llevarlo a otro lugar.

Estos 3 consejos son básicos a la hora de manejar berrinches en niños de dos años o incluso de un año.
Cómo NO manejar berrinches en niños de dos años
No mantenerse firme
Cuando cedes a la presión social (si es que estás en público) o cedes a lo que tu niño quiere, le estás enseñando que puede conseguir lo que quiere si solo se pone a gritar como loco en medio de la gente.
Por otro lado, si estás en casa y sabes que tu hijo estará seguro, puedes dejarlo sin supervisión en un lugar seguro de la casa y retirarte a otra habitación. Ignorarlo completamente. Esto solo aplica si estás en casa.
Devolver el grito
Tal vez puedas pensar que le puedes enseñar una lección si le regresas el golpe o la mordida, pero esto realmente (y ha sido demostrado) que solo le enseña a tu hijo, que está bien este tipo de acciones, que es aprobado.

Tu hijo aprende que este comportamiento es aceptable ¿por qué? Porque ve a sus padres hacerlo. En vez de esto, debes hacerle saber que sus acciones están lastimando a las demás personas y que no está permitido.
Claro, esto deberás decirlo cuando el berrinche haya pasado, de otro modo, no entrará en su cabeza en ese momento.
¿Qué hacer después de manejar correctamente los berrinches?
Primero que nada, hay que hablar sobre las acciones que son reprobables. Aquí puedes tener el tipo de conversación paternal que tu hijo necesita en estos momentos. Un padre/madre firme que le dice por qué estuvo mal su acción. Y estas son cosas que puedes agregar a la conversación que pueden ayudarte significativamente.

Apláudele que haya logrado calmarse
Este reforzamiento positivo puede hacer maravillas con la conducta de tu cachorro. Los niños pequeños les encanta recibir reconocimiento positivo por su buen comportamiento. Para esto debes ser lo más específico posible. O sea, en vez de decir “lo hiciste bien”, prueba con “hiciste un gran trabajo usando tu voz interior”.
Este tipo de afirmaciones hacen maravillas con tu hijo pues puede entender mejor cual es el tipo de comportamiento que se espera de él y que es aceptable.
Reconoce sus sentimientos
Hazle saber al pequeño que entiendes sus frustraciones y que estás dispuesto a ayudarle con eso. Como ya debes saber, los niños buscan atención la mayoría del tiempo, así que ayúdale a entender que puedes ayudarle con sus emociones.
Enséñale a etiquetar sus emociones
Este es un paso muy importante pues el principal problema con los berrinches en niños de dos años, es que no pueden distinguir o reconocer las emociones que están experimentando y son las que derivan en berrinches.
Los pequeños no saben como llamar a los celos, la frustración, el enojo. Todas estas emociones son nuevas y no saben cómo clasificarlas ni mucho menos como expresarlas correctamente.
Ayúdale a entender con este ejemplo: -puedo ver que estás enojado, estás llorando y tienes la cara roja-. Aquí ya le estás explicando lo que es el enojo.
Ayúdale a ser independiente
No hablo de ya prepararse el desayuno o algo así. Saber cómo manejar berrinches en niños de dos años puede ser difícil pues son muy dependientes de nosotros como padres. Aquí nuestro debes es enseñarles a lidiar con las emociones fuertes sin que termine en un berrinche.
De esta manera ellos aprenden a solucionar sus problemas por sí mismos, volviéndose así más independientes y haciéndolos menos propensos a los berrinches.
Se un buen ejemplo
Por último, pero no menos importante, aprende tú, a ser un buen ejemplo. Los niños son pequeñas esponjas que absorben todo lo que ven. Aprenden a reproducir nuestros comportamientos y es por esto que se vuelve de vital importancia el ser un buen modelo para ellos.
Cuando estamos frustrados, enojados o pasamos por emociones negativas fuertes y ellos nos ven, es cuando aprenden cómo lidiar con ciertas emociones y si te ven haciendo algo “mal” ellos piensan que está bien porque tú lo estás haciendo.
Sé el mejor ejemplo que tu pequeño pueda tener.